Nuestro protagonista, llamémosle X, es un hombre de unos 45 años, parapléjico y trabaja en una empresa de oficinas en el centro de la ciudad. Su trabajo es bastante tedioso, por lo que en un intento desesperado de cambiar las cosas, manda una carta de solicitud para optar a una de las valiosas plazas de Animal Factory.
Animal Factory, empresa dedicada a la fabricación de animales robot para suplir las carencias afectivas básicas, que se perdieron con la desaparición de los animales, se dedica principalmente a ofrecer fines de semana de rehabilitación intensivos.
En uno de esos fines de semana, los cuales están altamente solicitados, te preparan un entorno de ensueño, con paisajes y situaciónes que se daban en años en los que la tierra aun poseía parajes naturales de verdad. El centro está dividido en varias secciónes según la necesidad específica de cada uno y también dependiendo de las funciones de cada animal.
Nuestro protagonista es admitido en el centro mediante una carta que le llega a su cubículo de trabajo, éste se desplaza en su aeromóvil hasta Animal Factory y allí comienza su fin de semana intensivo.
Parte de la carta de publicidad de Animal Factory
Animal Factory está concebido como una especie de cúpula blanca gigante en medio de la ciudad, claramente diferenciada del tono gris y oscuro que desprende todo lo que está a su alrededor, algo así como la fábrica de "Charlie y la Fábrica de Chocolate".
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